La firmeza de un acto administrativo no solo impide su impugnación directa sino también indirecta

 La firmeza de un acto administrativo no solo impide su impugnación directa sino también indirecta (mediante la impugnación de la sanción)

Una resolución administrativa, que ha adquirido firmeza, supone la existencia de un acto valido y no puede volver a ser cuestionado cuando se incorpora como presupuesto de un acto posterior, especialmente cuando se ejerce la potestad sancionadora.

En este sentido, la decisión administrativa firme no solo impide su impugnación, salvo por cauces especiales, sino que también impide que su contenido pueda ser cuestionado de nuevo si se incorpora en una resolución administrativa posterior de carácter sancionador, sin que ello suponga una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva.